Era lunes y comenzaba la
primavera,
Eran días de color, aunque fuese
siempre el mismo
El clima era soportable,
apaciguable en algunos momentos
Una tarde como cualquier otra en
medio de humo conversando con mi gata,
Llegó a mi ventana un picaflor
inusual,
No lo había visto por el lugar y
en la guía de aves aún no lograban descifrar
Yo me quedé inmóvil, pensando
quizás que un movimiento brusco podría asustarle,
Era muy brillante, como si
vistiera de metal, seguía observando y nada más,
Por un instante había olvidado mi
gata, y de un brinco ello se dio su lugar,
Quiso atraparlo y seguramente
volverlo parte de su dieta natural.
El pequeño picaflor pudo escapar
y yo con la mirada solo lo vi volar..
Los días pasaron y mi gata y yo conversábamos
igual,
La primavera estaba por terminar….
La primera noche de invierno mi gata
escuchó un maullido y salió corriendo para no volver jamás,
Todas las noches de lluvia frente
a mí ventana esperaba algún otro encuentro,
Pues había entendido que el
felino era libre y su camino debía continuar,
Pero aquel picaflor a mi recuerdo
volvía a llegar…
Una mañana quise caminar, y el verano parecía empezar,
El sol iluminaba mi cabello y el
brillo del reflejo del suelo me impedía mirar directamente.
Sentí una brisa que rosaron mis
labios, suave como si algo presintiera,
Yo me detuve miré al cielo por si
de pronto llovería, pero no el sol seguía nublandome la vista,
Encontré una banca al lado de la
venta de jugos, frutas y demás,
Me senté y respiré profundamente:
qué lindo día!!!.. exclamé mientras ponía mis brazos a los laterales del
bancal,
Allí estuve un gran tiempo respirando
profundo y recordando los momentos….
El sol parecía menguar y era
justo perfecto para continuar mi andar,
Pero un aleteo distrajo mi
accionar y era aquel picaflor metalizado que mi gata había logrado asustar,
De nuevo inmóvil me encontraba,
feliz por reencontrar aquella criatura mística,
Seguí caminando y el ave continuaba conmigo, llegamos a casa y
lo invité a pasar,
El algo temeroso miraba de par en
par y al darse cuenta de que no existía peligro al entrar en la baranda de mi
cama se quiso posar,
Que hermoso se veía allí, pudimos
conversar un poco, luego el volvió a su verdadero hogar…
Algunas tardes entraba de nuevo,
otras ni de él me entero,
Cuando lo veo mi día es distinto,
no sé por qué pero su presencia magnifica la gracia del lugar,
En ocasiones cuando viene le doy
de comer pero es necio y se caga en la papelería que debo organizar,
Aveces solo se posa sobre mi
almohada y le leo un libro para que yo pueda dormir y él se anime a regresar.
He decidido dejar abierta la ventana,
para que entre así no esté, en las noches entro y algún desorden me indica que
estuvo allí, pues su presencia nunca pasa desapercibida…
Anoche no estaba y el picaflor
entró, desordenó el escritorio, se cagó en la cocina y en mi almohada ha dejado
un charco que parece no secar……
Increíble que yo pueda confiar en
un pequeño ser que tiene latido de corazón similar al zumbido de una abeja que
cuando pica deja de agradar….
He cedido hoy cerrar la ventana
de mi hogar…..
KiSsKa