Permitame mirarla a los ojos,
permitame acercarme donde pueda olerla,
permitame saludar su cuello que es el que mucho recuerdo,
permitame rosar sus labios con mi lengua, que mil besos sostengan esta conversación ausente que nos tenemos pendiente,
disculpe si el frío el rosa, pero sus prendas me estorban mientras acaricio el despertar de sus poros,
su piel se derrite y se desliza como gotitas por mis dedos, baja a las plantas de mis manos y en mis muñecas me atrapa, acorrala y ata a la cama,
sus piernas me aguardan, lo sé, déjeme que con ellas correré,
su pelvis tan sorpresiva, siempre meneándose en el risco de mi espalda,
es casi irreal que las puntas de mis dedos rosen como miel entre sus muslos y usted me diga: " todo está negro",
su mirada quiero sostener, esa mirada que brota cada primera vez.
KiSsKa
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