Nuestros ojos se topan y al mismo tiempo la retina envía un mensaje al centro del ombligo,
nuestras manos juegan a enredarse como lianas amazónicas con el viento,
y así es difícil reconocer un susurro de un grito,
nuestros pensamientos se enfrentan y al final, así yo no piense igual yo le admiro su forma de razonar.
Le sostengo en las noches en mis brazos para que sienta mis impulsos corporales fundirse en su sangre,
nuestros labios se encuentran y se dificulta pronunciar alguna sílaba,
pues de palabras no necesitamos al comunicarnos,
cuando no participa de mis noches, al empezar el día se respira su esencia femenina,
en las tardes ausentes, los minutos enloquecen y las horas nunca pasan y la espera se elonga sin medida,
los días culminan y al despertar de la luna, algunos astros más escriben nuestros nombres para que los seres nocturnos le siembren al fuego algún fruto provisional que niegue el olvido de un día más.
KissKa
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