Lo bueno de caminar es que es inevitable aveces parar,
uno siente que se debe respirar y detenerse un poco a observar,
entonces te tomas varios segundos para mirar aquello que es más llamativo,
eso que por más que hubieras evitado estuviera previamente planeado,
igual ya sabes que hay cosas que sólo se pueden mirar,
no te detienes a indagar y el mundo vuelve a darle la vuelta al sol,
y como si fuera dejavú vuelves a observar aquello que por segunda vez vale la pena admirar,
no hay factores que alineen ambos encuentros,
igual ya sabes que hay cosas que sólo se pueden mirar,
sigues el camino y por una liana pretendes avanzar,
quieres subir ahorrando un poco de sendero,
pero aveces lo que creemos correcto resulta siendo inseguro,
es débil y se corta,
las fuerzas físicas te llevan a descender,
caes y caes hasta aterrizar en lo que pareciera estar programado a encontrar,
te paras despacio y desde lejos observas,
es increíble que vuelvas a sentir ganas de avanzar,
igual ya sabes que hay cosas que sólo se pueden mirar,
ignoras ese hecho, te acercas, babeas,
te ridiculizas y eso pareciera no estar mal.
Se miran, se acercan, se alejan, se invitan a bailar,
una tiene el jazz la otra ni música logra escuchar,
saben que lo que hacen es nuevo,
saben además que es incierto y aún así se vuelven a mirar,
igual ya sabes que hay cosas que sólo se pueden mirar.
KiSsKa
